Más de 90.000 sustancias químicas usadas por la industria sin haber sido suficientemente testadas están en todo tipo de productos y están dañando nuestra salud.
A veces, cuando el cuerpo ha recibido más carga tóxica de la que puede soportar, reacciona con virulencia obligando en casos extremos a las personas afectadas a tener que vivir aisladas en estancias estériles.
El problema se conoce como Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple y casi todos los médicos se limitan a aliviar los síntomas. El Dr. William Rea -director de la primera clínica especializada en este problema con sede en Dallas (EEUU)- asegura que existe tratamiento eficaz.
En la mayoría de los casos las personas que enferman por exposición a sustancias químicas en el aire, agua, alimentos o su entorno -laboral o familiar- lo hacen en presencia de niveles por debajo de lo regulado como tóxico.
¿Y cómo comienza todo? El doctor Arturo Ortega -de la Unidad de Medicina Legal y Toxicología en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona- habla en su artículo Sensibilidad Química Múltiple: Estado de la cuestión, de dos fases,
"Empieza con una exposición que puede ser a un tóxico o a una mezcla; puede ser una dosis alta o varias dosis menores, incluso en días distintos, explican entre el 75 y el 80% de los pacientes.
Los causantes son variados: contaminantes del aire interior de los edificios o vertidos de sustancias químicas, hasta disolventes o plaguicidas. El proceso de pérdida de la tolerancia inducida por un tóxico (PTIT) afecta a muy pocos de los individuos expuestos y causa pérdida de la tolerancia previa a diferentes productos químicos; en términos inexactos, diremos que 'sobre reaccionan' o se vuelven ‘alérgicos’ a estas sustancias. Los compuestos a los que se vuelven hipersensibles pueden ser de uso cotidiano, o poco comunes.
En la segunda fase, de provocación, la exposición a algún producto químico provocador desencadenará las manifestaciones que son la enfermedad advertida por los enfermos y por los médicos".
El Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple afecta a distintos órganos y sistemas. Y se manifiesta con una amplia variedad de síntomas:fatiga, problemas en las vías aéreas respiratorias, dolores musculares, trastornos en la concentración y en los sistemas digestivo, cardiovascular o neurológico.. Síntomas que a quien sufre el síndrome pueden provocarle reacciones invalidantes desde el aislamiento social a la muerte por muy diversas enfermedades. Todo eso acompañado generalmente de la incomprensión de su entorno y de sus médicos.
Tan sólo refiriéndose a una clase de estas sustancias químicas tóxicas ambientales, los Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs) en muchos alimentos-, Miquel Porta - profesor de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Barcelona y director del Grupo de Epidemiología Clínica y Molecular del Cáncer en el Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM) de Barcelona, y de uno de los mayores expertos internacionales en COPs- dice en su artículo “Cerco a las sustancias tóxicas persistentes”: "Aunque generalmente no tengan gusto ni olor, aunque sean tan invisibles en algunos medios de comunicación, aunque se encuentren en concentraciones tan bajas en el imaginario colectivo, los contaminantes tóxicos persistentes son un riesgo real para la salud humana y el ambiente, están disminuyendo nuestra calidad de vida: contribuyen a causar efectos como infertilidad y malformaciones congénitas, trastornos del aprendizaje, hipotiroidismo y otras enfermedades endocrinas, inmunodepresión, alergias y sus trastornos asociados, síndromes de fatiga crónica y de hipersensibilidad química, alteraciones genéticas y cambios en la expresión génica, promoción de cánceres, diabetes o algunas de las enfermedades mal llamadas degenerativas: Parkinson, Alzheimer.
A pesar de las múltiples incertidumbres científicas y lagunas sobre sus mecanismos de acción muchos médicos valoramos los conocimientos disponibles así: los contaminantes tóxicos persistentes causan una parte significativa de la carga de enfermedad que nuestras sociedades sufren".
Y Porta tan sólo habla de cómo afectan los mencionados COPs en los alimentos a las personas consideradas normales así que es fácil imaginar el efecto multiplicador que tienen estas sustancias químicas en personas afectadas de SQM. Sin contar las sustancias químicas presentes en el aire ni en el agua, ni las que nos rodean en el hogar, la oficina o los espacios públicos.
Mientras se espera su reconocimiento internacional como enfermedad, países como Alemania ya tienen reconocida oficialmente la Sensibilidad Química Múltiple como enfermedad común, otros –Italia- están en trámite de hacerlo y un grupo de países -entre los que están Estados Unidos, Canadá, Noruega, Suecia y Dinamarca- están realizando acciones preventivas, trabajos de investigación, facilitando tratamientos a los afectados, creando infraestructuras adecuadas y recogiendo sentencias judiciales favorables.
Por el aumento constante de casos en muchos países, conviene empezar a conocer los trastornos que pueden identificar a quien padece el síndrome. Se aconseja a los médicos diagnosticar como SQM los trastornos del enfermo cuando cumplen estos 6 criterios:
...una enfermedad crónica....con manifestaciones que se repiten de forma reproducible....que responde a concentraciones bajas....que reacciona a muchos compuestos químicos no relacionados entre sí....que mejora al eliminar los incitadores....y que afecta a muchos órganos y sistemas del organismo...
EXTRACTO: Revista WEB Discovery SALUD
lunes, 10 de mayo de 2010
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