“…En noviembre del año 2006, los científicos Philippe Grandjean , de la Universidad del Sur de Dinamarca y Philip Landrigan, del Departamento de Medicina Comunitaria del Mont Sinai de Nueva York llegaban a describir lo que estaba sucediendo como una auténtica “pandemia silenciosa” en un artículo que publicaron en la prestigiosa revista The Lancet, en el que mostraban con toda crudeza lo que están causando las más diversas sustancias, desde el plomo a los PCBs , pasando por el arsénico o el mercurio, entre muchas otras.
Sustancias que, en opinión de científicos como estos, podrían tener algo que ver con cosas como que hoy uno de cada seis niños (por debajo de los 18 años) en los Estados Unidos padezcan una serie de trastornos de base neurológica que van desde el déficit de atención o la hiperactividad al autismo, pasando por dificultades en el habla o ciertos grados de retraso.
Los datos recogidos por las Pediatric Environmental Health Speciality Units (PEHSU) muestran la dimensión que están adquiriendo las neuro-deficiencias infantiles, como que entre 1977 y 1994 hubiese crecido un 191% el número de niños que se encuentran en programas de educación especial , que haya cerca de un 17% de casos de niños con déficit de atención con hiperactividad o que se registre entre un 5 y un 10% de niños con problemas de aprendizaje.
Al margen de otras posibles causas que pudieran tener algunos de los problemas citados, crece el número de científicos que encuentran conexiones de estos y otros problemas con las más diversas sustancias, que pueden estar presentes en los más diversos elementos ,desde alimentos a cosméticos, pasando por pesticidas, pinturas, etc.
Philip Landrigan , ha estado trabajando en los últimos tiempos en un ambicioso proyecto de investigación , el National Children´s Study, haciendo un seguimiento sobre más de 100.000 niños americanos desde su concepción hasta que cumplan los 21 años, con la finalidad de identificar todavía con mayor precisión los factores ambientales que inciden en las enfermedades que desarrollarán: defectos congénitos, cánceres infantiles, asma, obesidad, violencia, déficit de atención, autismo ,dislexia y otras dificultades de aprendizaje…”
FUENTE:
FODESAM (Fondo para la Defensa de la Salud Ambiental)
lunes, 26 de abril de 2010
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